miércoles, 19 de septiembre de 2012

"Cuadernos de escritura", de Carlos Pujol


He releído estos días Cuadernos de escritura, magnífico libro del escritor Carlos Pujol (1936), fallecido de manera inesperada a principios de 2012. Recientemente, había publicado el poemario El corazón de Dios y en la editorial Menoscuarto su novela Los fugitivos. En la misma editorial también habían aparecido sus novelas Antes del invierno y Fortunas y adversidades de Sherlock Holmes.
Cuadernos de escritura reúne tres libros de Carlos Pujol dedicados a “por qué se escribe, qué se escribe y cómo se escribe”, escritos con la sabiduría y el habitual sentido común de un escritor que ha tocado todos los palos literarios: profesor, crítico, ensayista, traductor, poeta y novelista. Los tres libros son Cuadernos de escritura, que da título al volumen, de 1988; Tarea de escribir, de 1998; y el inédito Memorándum. Palabras para escribir, de 2008. El primero y el tercero lo forman aforismos; el segundo, aforismos y un conjunto de artículos relacionados con los temas del libros. Los tres libros comparten la misma intención y son, más que consejos y recetas, avisos, “sólo cosas pensadas en voz alta, tal vez impertinentes”.

La gran mayoría de estos pensamientos son muy acertados y explican muy bien la alta consideración que Pujol tiene de la literatura, una actitud que está radicalmente en contra de la banalidad comercial que se lleva hoy día. Sus reflexiones van al fondo del asunto y sirven, y mucho, para explicar las virtudes y los principales defectos de la literatura actual y de sus principales protagonistas, los escritores: “En un escritor nada más peligroso que la facilidad para escribir”, “Los peores enemigos de la literatura son la sociología y la moraleja”, “Nuestro siglo no ha inventado el aburrimiento literario, pero lo ha canonizado”. Y no faltan observaciones llenas de ingenio y sentido del humor: “Si los escritores se preocuparan más de ser entretenidos que de parecer sublimes, todo eso saldríamos ganando” y “La mejor cura de la vanidad es releerse”.
Hay magníficas intuiciones, como ésta: “El poeta está para ver lo que no se ve, para lo que se ve ya está el resto de la gente”. O ésta otra que explica muchas cosas sobre su sentido de la literatura: “Escribir no para olvidarse de la vida, sino para vivir más”.
Conviene leer estos avisos para despegarse de la rabiosa actualidad literaria, de los valores que imponen las modas y del culto mediático a los best seller. Para Pujol, y sabe de lo que está hablando, poca calidad hay en estas mezquinas muestras de una literatura volcada hacia el espectáculo. Por eso, sus pensamientos son, pues, un eficaz antídoto contra la mediocridad y la superficialidad.

Cuadernos de Escritura
Carlos Pujol
Pre-Textos. Valencia (2009)
150 págs. 15 €.


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