miércoles, 2 de enero de 2013

“Algún día este dolor te será útil”, de Peter Cameron



Autor de varias novelas de éxito, como Año bisiesto, Un fin de semana, Andorra y La ciudad de tu destino final, Peter Cameron (Nueva Jersey, 1959), ha sido profesor en diferentes universidades norteamericanas y también ha trabajado en el mundo editorial. Algún día este dolor te será útil fue publicada en 2007, ha recibido calurosas críticas y ya ha sido adaptada al cine por el director Roberto Faenza.

Leyéndola, recuerda por momentos El guardián entre el centeno, la inolvidable novela de J. D. Salinger. Su protagonista y narrador es James Sveck, también un joven que va por libre, inteligente, agudo y muy mordaz. La mirada de James le sirve al autor para describir parte de la vida de Nueva York y para atrapar el humus de un tipo de familia norteamericana actual.

James vive con su madre y su hermana Gillian, estudiante universitaria que mantiene un romance con uno de sus profesores, casado, pero tan independiente que el matrimonio acepta este tipo de aventuras. Su madre acaba de regresar inesperadamente de su fracasada luna de miel en Las Vegas con su tercer marido, quien se ha rebelado como un compulsivo ludópata (pero no con su dinero sino con la tarjeta de crédito de su ya exmujer). La madre, más que nada para entretenerse, tiene una galería de arte que dirige John, un artista negro que es gay.

James es una persona solitaria, lector voraz, a quien no le gusta estar con la gente. Tras finalizar el Bachillerato, sus padres le han matriculado en la Universidad de Brown, en Rhode Island, pero James no quiere ir. Detesta relacionarse con la gente de su edad, que es la que precisamente va a la universidad. No tiene amigos y su vida se reduce a trabajar en la galería de arte de su madre, aunque no hay nada que hacer, a leer a sus autores favoritos (sobre todo, Trollope) y a visitar de vez en cuando a su abuela Ninette, la única persona con la que James comparte algún tipo de intimidad.

También visita dos veces por semana a la doctora Adler, una psiquiatra a la que han acudido sus padres preocupados por el carácter antisocial de su hijo. Por supuesto, ningún personaje acepta los valores religiosos. Al contrario, James, como sus padres, considera la religión la causa de muchos de los males que aquejan a la sociedad actual y hasta su abuela tiene prohibido cualquier tipo de ritual religioso tras su muerte.

Este joven personaje, atractivo por su mordacidad y chispeante inteligencia y en la frontera del paso del mundo adolescente al adulto, le sirve a Cameron para describir la escala de vida y los valores de parte de la familia y la sociedad norteamericana de hoy día, eso sí, sin profundizar mucho, de manera leve, que es el tono que mejor encaja con el contenido de lo que se cuenta en esta novela.

James sabe que, a su manera, es un inadaptado y un bicho raro. Esto lo demuestra con varias anécdotas que salen en sus vistas a la psiquiatra, como su patética participación en el “Aula norteamericana”, un viaje de estudios a Washington con otros estudiantes norteamericanos para relacionarse y conocer mejor los valores políticos de su país. Su actitud es de frontal rechazo contra los valores que le quieren imponer, sean del tipo que sean. No acepta que se preocupen por él y, ni mucho menos, que intenten solucionarle la vida. Sus padres piensan que por sus reacciones y ausencia de amistades femeninas puede ser gay, pero James rechaza sus simples planteamientos, aunque en un momento de la novela confiesa: “Yo sabía que era gay, pero nunca había hecho nada propio de un gay y no sabía si alguna vez lo haría”.

Resulta, sin embargo, extraño, teniendo en cuenta lo que piensa de los demás y de sí mismo, que acepte visitar periódicamente a la psiquiatra, recurso narrativo que le viene bien al autor para conocer mejor sus interioridades –lo poco que muestra- y algunos sucesos del pasado de su confuso protagonista. Aunque se niega a contar nada a la psiquiatra, James vivió en directo el drama de los atentados del 11-S, pues acudía a una escuela muy cercana al lugar de los hechos, lo que quizá explique el radical escepticismo de James sobre tantas cuestiones generales. La novela trascurre en el verano de 2003.

Cameron se limita a describir, sin cargar las tintas y esquivando –no del todo- la moraleja. Pero desde un punto de vista literario y también sociológico la radiografía que hace Cameron de parte de la sociedad norteamericana y de Nueva York resulta eficaz y real. Atrapado en una inteligencia cáustica, James, solitario contumaz, quiere mantenerse al margen de una sociedad que devora la individualidad y que acaba moldeando a sus miembros a su antojo. Las vidas fracasadas de sus padres –leyendo ella por las noches recetas de libros de autoayuda mientras el padre se prepara para una operación de cosmética- suponen también otra muestra más, ridícula, de un mundo lleno de falsedades y espejos en el que resulta complicado encontrar la autenticidad y la felicidad. Refugiado en su cómoda adolescencia conflictiva (el futuro, es obvio, lo tiene resuelto), James sabe que le queda poco tiempo para paladear el sabor de la rebelión y que su ingenuo sueño de no ir a la universidad y comprar una casa en Kansas se desvanece poco a poco a golpe de realidad.


Algún día este dolor te será útil
Peter Cameron
Libros el Asteroide. Barcelona (2012)
248 págs. 18,95 €.
T.o.: Someday This Pain Will Be Useful To You. Traducción: Jordi Fibla.

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