martes, 29 de octubre de 2013

“¡Boom!”, de Mo Yan


 
¡Boom! es la primera novela que se publica en castellano desde que se concediera en 2012 el Nobel de Literatura al escritor chino Mo Yan. La novela es de 2003 y se publica ahora en una traducción directa del chino. El año pasado, en Seix Barral, se publicó Cambios, un breve y sencillo texto memorialístico donde Mo Yan recordaba algunos sucesos de su vida y su iniciación como escritor.
¡Boom! contiene todos los rasgos que la Academia sueca resaltó de la literatura del autor de Sorgo rojo: “con una mezcla de fantasía y realidad, de perspectiva histórica y social, Mo Yan ha creado un mundo que en su complejidad recuerda a los de escritores como William Faulkner y Gabriel García Márquez, tomando al mismo tiempo como punto de partida la tradición literaria china y la cultura narrativa popular”.

Sus novelas, también ¡Booom!, están ambientadas en un mundo rural primitivo, con enormes dificultades de todo tipo para salir adelante. En este contexto incluye en sus narraciones elementos de la tradición china, repleta de alegorías y de relatos orales, y la mezcla de lirismo y tremendismo, que a veces aparece de manera desorbitada.

Para entender su literatura, resulta interesante el prólogo de este libro. En él, Mo Yan explica la función de la misericordia en sus obras, una misericordia anclada en la tradición china y alejada de los cánones occidentales y que se sustenta en una compleja visión de la condición humana donde también están presentes la crueldad y la fealdad. “En este mundo –escribe Mo Yan- no sólo hay pájaros y ovejas; en la novela no debe haber únicamente personas buenas”. También reivindica en el prólogo un tipo de novela que no esquiva la dificultad. “La novela no (...) debe reducir su tamaño –escribe- para satisfacer a un cierto grupo de lectores, ni perder la densidad ni reducir la dificultad. Necesita que sea larga, densa y difícil”.

También comenta más rasgos de su novelística el epílogo, titulado La narración lo es todo. Mo Yan señala El tambor de hojalata, de Günter Grass, como la principal influencia de su libro. Aunque para Mo Yan, el argumento no debe ser lo más relevante porque su objetivo es “la narración, el tema es la narración y la narración es la construcción de ideas”. El narrador de¡Boom! es Xiatong Luo, un joven de unos veinte años que en su “verborrea” hace posible que lo “irreal” se convierta en “real”.

Este joven ha decidido hacerse monje budista a las órdenes del Monje Lan, monje que habita en el Templo Wutong de una pequeña localidad campesina donde transcurren los hechos (y buena parte de la literatura de Mo Yan). Xiatong necesita contar al monje su vida hasta ese momento, sobre todo su infancia hasta los doce años, pues a partir de esa edad hay muy pocas referencias en su relato. En la narración se alternan el pasado, su vida con sus padres en el Pueblo de la Matanza, la parte más extensa de la novela, y el presente, con Xiatong recluido en el Templo, con el monje como único oyente de su historia, a la vez que aparecen en el templo diferentes personajes que interrumpen su relato.

La historia de su infancia hasta que abandona el Pueblo de la Matanza es el argumento principal y lo más interesante de este libro. Se trata de un pueblo que ha abandonado todas las actividades agrícolas para transformarse en un ilegal matadero que hace negocio con la venta de carne de los animales. Xiatong vive obsesionado con la carne: solo piensa en comer carne, la única meta en su vida. En el pueblo destaca el señor Lan, al alcalde, quien controla todas las actividades, tanto las legales como las ilegales. El padre de Xiatong, Tong Luo, siempre está enfrentado al señor Lan, con quien compite hasta por sus amantes. Con una de ellas, Tía Burrita, se escapa el padre de Xiatong y desaparece del pueblo.

Durante los años de ausencia, su madre trabaja duro para sacar la familia adelante y enriquecerse. En ese periodo, no prueba la carne, con la que sueña todos los días, y por eso añora a su padre, que regresa cinco años después con una hija pequeña, tras el fallecimiento de su amante. Su llegada coincide con la desaparición de las desdichas en la familia y, apoyados por el señor Lan, viven unos años de esplendor. El señor Lan los ha convertido en responsables del negocio de carne de todo el pueblo. Pero el enfrentamiento latente de Tong con el señor Lan se mantiene y acabará por estallar.

Xiatong es el obsesivo narrador de una historia desmesurada con la que el autor ejemplifica los cambios que se han dado en las últimas décadas en China, con la radical transformación de la escala de valores del mundo campesino y la irrupción a todos los niveles de un capitalismo enfermizo y contagioso. Si al principio Xiatong ve el mundo con la mirada cercana y egoísta de los niños, tras el regreso del padre gana en madurez y autonomía, y sus juicios y valoraciones llevan una mezcla de orgullo, prepotencia y de una “lógica perversa”. Y es que Xiatong es lo que sus vecinos laman un niño boom, niños que están constantemente mintiendo y alardeando de lo que saben y pueden hacer.

La narración está repleta de elementos que pueden chocar al lector occidental. En primer lugar, las escenas sanguinarias sobre las matanzas de todo tipo de animales: vacas, cerdos, avestruces, camellos, caballos y hasta perros y gatos, convertidos en apreciados platos gastronómicos. Además, el negocio ilegal del Pueblo de la Matanza se basa precisamente en inyectar agua en la carne para que pese más y para que mantenga una imagen que no se corresponde con la realidad. Hay, también, sus dosis de erotismo cuando Xiatong vive en el Templo Wutong, con constantes referencias sexuales y fantásticas.

Desde el punto de vista narrativo, merece destacarse el mundo alegórico y onírico que aparece en muchos pasajes, la mayoría de ellos en la narración del presente, donde hay una constante mezcla de lo irreal y lo real. Estos pasajes, intermitentes, acaban por trasladarse también al relato de la infancia de Xiatong.

Novela, pues, “larga, densa y difícil”, nada complaciente con los lectores, que es una buena muestra del exigente trabajo narrativo de Mo Yan. Hay muchos pasajes realistas y populares, personajes entrañables y extravagantes, historias legendarias y exóticas, y un realismo “alucinatorio”. La China de Mo Yan procede de su realidad, de su infancia, de sus recuerdos, que son transformados por la fuerza de la imaginación.


¡Boom!
Mo Yan
Kailas. Madrid (2013)
509 págs. 22,90 €.
Traducción: Yifan Li.

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