jueves, 26 de diciembre de 2013

“Cuentos completos”, de Antón Chéjov



La editorial Páginas de Espuma, especializada en el relato corto, lo que tiene su mérito y más en este país, acaba de publicar el primer volumen de los Cuentos completos de Antón Chéjov (1860-1904), importante iniciativa editorial que publicará, por vez primera, de manera cronológica, los más de 600 relatos que escribió el escritor ruso. En total, aparecerán cuatro volúmenes, uno por ello, para el que contarán con traducciones ya consagradas de sus relatos, como las de, entre otros muchos, Víctor Gallego y Jesús García Gabaldón, a las que sumarán nuevas traducciones de sus escritos inéditos en castellano, algunas de ellas realizadas por Paul Viejo, responsable de esta edición, autor de la introducción y especialista en literatura rusa. En general, Chéjov ha sido un autor bien editado y traducido, aunque las numerosas antologías publicadas de sus relatos suelen incluir los mismos títulos. La publicación de esta edición es, pues, una ocasión única de conocer a Chejov desde el principio hasta el final.

En el primer volumen figuran 239 cuentos. De todos se proporciona información sobre su fecha de publicación, título original, revista donde fue publicado, seudónimo que empleó (hasta 1883 Chéjov lo solía usar), diferentes versiones y anécdotas que pueden esclarecer su significado. Este volumen abarca de 1880 a 1885, es decir, sus años de iniciación literaria, de los 20 –cuando publica su primer relato, “Carta a un vecino erudito”- a los 25 años, un tiempo en el que Chéjov compaginaba sus estudios de Medicina con la dedicación esporádica a la literatura para ganar dinero con el que poder pagarse los estudios y ayudar a su familia. La mayoría de estos relatos los publica en las revistas satíricas y humorísticas de la época, “La libélula”, “Hojilla satírica rusa”, “Noticias del día”, “Fragmentos”, revistas que tuvieron gran éxito en esos años. Rápidamente, Chéjov consigue dominar la técnica y sus relatos aparecen frecuentemente en estas publicaciones, en ocasiones con un ritmo frenético.

Los primeros relatos que escribió tienen un marcado tono humorístico y en muchas ocasiones se reducen a meros divertimentos formales. Pero poco a poco Chéjov gana en agilidad y soltura, aunque mantenga la ligereza temática, con un estilo desenfadado, quizás el mejor recurso para describir la Rusia de aquellos años. En 1882 preparó un libro con una selección de sus relatos, Travesura, pero al final no llegó a publicarse. Sí lo hizo Cuentos de Melpómene, su primer libro de relatos, aparecido en 1894 y publicado por cuenta propia, volumen que fue bien acogido en líneas generales y le dio cierta visibilidad, aunque estaba firmado con uno de sus habituales seudónimos, A. Chejonté. A partir de la publicación de ese libro, Chéjov sigue siendo un escritor humorista, pero algunos de sus relatos mejoran lentamente en realismo y profundidad, dentro de las limitaciones que tenían sus escritos para poder publicarse, pues la mayoría debían contar entre 100 y 150 líneas. A partir de 1882 comienza a escribir en la revista Fragmentos, cuyo editor N. Leikin corrigió muchos de sus relatos para evitar la censura o para que encajasen en el espacio que ya tenía reservado. En esta revista Chéjov publicó, entre 1883 y 1884, 130 cuentos, aunque sólo 26 de ellos los seleccionaría para sus obras completas.

Algunos de estos relatos primerizos también se publicaron en una antología que la revista “La libélula” realizó en 1900, en la que también estaban presentes otros autores. Sus siguientes libros fueron Relatos abigarrados (1886) y Discursos inocentes (1897).

Este primer volumen contiene, pues, más de 200 relatos. Aunque muchos son piezas humorísticas, deformaciones satíricas y parodias de diferentes autores y modas, en ellos ya está presente el inconfundible mundo y estilo de Chéjov. Hoy día sigue siendo considerado el gran maestro del relato corto contemporáneo. Su magisterio es evidente en escritores de todas las latitudes, desde su compatriota Máximo Gorki a Richard Ford, pasando por Horacio Quiroga, Katherine Mansfield, Raymond Carver y hasta los españoles Soledad Puértolas y Gonzalo Calcedo.

Los relatos de Chéjov suelen ser parábolas sobre la infelicidad basadas en las desencantadas vidas de personas cercanas y solitarias. El autor ruso se acerca con mucha piedad a una realidad siempre triste y con muchas aristas, huyendo de la grandilocuencia y la retórica y añadiendo sus dosis de pesimismo y pasividad, sin proporcionar respuestas. El escenario de sus escritos es siempre la Rusia de finales del siglo XIX, aunque consiguió trascender con su eficaz estilo las circunstancias históricas concretas en la que se mueven sus personajes para convertirlos, ahí está su prestigio, en símbolos universales de la condición humana. De muy pocos escritores puede decirse esto. Relato a relato, Chéjov consiguió perfilar el rostro auténtico de una Rusia finisecular que muestra signos de cambio pero que todavía sigue en lo familiar y en lo costumbrista apegada a sus tradiciones y enfermedades seculares.

 

Cuentos completos. Volumen I (1880-1885)
Antón Chéjov
Páginas de Espuma. Madrid (2013)
1.090 págs. 39 €.

1 comentario:

  1. Has leído la terrible crítica a la traducción de este primer volumen que aparece en Babelia de este fin de semana ? Dan ganas de no pasar por caja.

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