viernes, 5 de septiembre de 2014

"El joven de la vida errante”, de Jiang Guangci

            “Yo he sufrido la crueldad y maldad de este mundo. He pasado por cosas que muchos serían incapaces de creer”, escribe al inicio del capítulo IV el narrador y protagonista de esta desgraciada historia con la que su autor, Jiang Guangci (1901-1931), se convirtió en uno de los autores más leídos durante las décadas de los años 20 y 30. Muchos escritores adscritos al realismo socialista comunista chino han manifestado que se sienten deudores de esta novela, que sólo entre 1926, fecha de su publicación, y 1933 tuvo quince ediciones, cifra que expresa el entusiasmo con el que fue recibida.
            Estamos en los años veinte en China. Allí ha nacido el Movimiento de la Nueva Cultura, al que se adscribe su autor. Este Movimiento busca liberar la literatura, y la política, de los valores confucianos y acercarla a la realidad social y política que se había inaugurado con la victoria de la revolución comunista en Rusia. Jiang Guangci ingresó en el Partido Comunista chino en 1921 y en 1924 estudió en la Universidad de Moscú. Su primera novela, El joven de la vida errante, como escribe acertadamente Blas Piñero, traductor y autor del prólogo, es “el relato fundacional de la literatura china revolucionaria y proletaria”. Guangci la publica cuando estaba más en boga un tipo de literatura estecicista, alejada de la realidad revolucionaria que sería la seña de identidad de la literatura comunista. Sin embargo, la evolución de Guangci no fue la típica de tantos escritores comunistas, que pusieron su literatura al servicio de unos intereses políticos concretos. Sus siguientes novelas, Las penas de Lisha (1929) y La luna abriéndose paso entre las nubes (1930), lo alejaron de la ortodoxia comunista, provocaron su expulsión del Partido Comunista y le impidieron ser uno de los escritores oficiales durante los años de la dictadura de Mao.
            El joven de la vida errante es una historia sencilla que cuenta la vida del joven Wang Zhou. El autor elige la fórmula de una larga carta que Wang escribe al Señor Wei Jia, un intelectual comunista que conoció en uno de los lugares donde vivió y quien le abrió la puerta del conocimiento de otra realidad. La carta describe su vida desde que se quedó huérfano, su vagabundeo por diferentes zonas del país, los trabajos que consiguió y el permanente contacto con la injusticia y la represión. “Sé –escribe Wang- que nací amando la rebeldía y la reparación de la injusticia”. Los sucesos que padece le hacen más fuerte y le unen más todavía a esta idea. Por eso Wang decide implicarse políticamente y dar un sesgo revolucionario a su vida.
            Todo está contado de manera directa, sin florituras, pero con un estilo realista y eficaz. Wang consigue transmitir a los lectores su desesperación vital y sus ansias de transformar la realidad, sin caer en exageraciones y sin el melodrama del que tanto abusará después la literatura comunista. El relato de su vida incluye también una desgraciada historia amorosa que le lleva a una “toma de conciencia diferente y trágica del amor”.
            Excelente recuperación de uno de los grandes autores de la literatura china del siglo XX. Su prematura muerte en 1931 por tuberculosis frustró una ambiciosa trayectoria literaria de la que esta novela es una buena muestra.



El joven de la vida errante
Jiang Guangci
Hrmida Editores. Madrid (2014)
146 págs. 15 €.
T.o.: Shaoniam piaobo zhe.

Traducción: Blas Piñero Martínez.

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