domingo, 28 de febrero de 2016

“La juventud de Cervantes. Una vida en construcción”, de José Manuel Lucía Megías



No hay más que echar un vistazo a la biografía del autor, José Manuel Lucía, para comprobar que estamos ante un consagrado cervantista. Catedrático de Filología Románica de la Universidad Complutense de Madrid, es presidente de honor de la Asociación de Cervantistas. Ha escrito mucho sobre Cervantes, sus obras y Don Quijote. Y ha participado activamente en múltiples iniciativas encaminadas a recuperar y conocer mejor la vida y la obra de Cervantes.
            Este libro es fruto de esta pasión. Y tiene un enfoque que merece la pena destacar.  Sobre Cervantes se ha escrito mucho, demasiado, sobre todo porque apenas tenemos datos documentales sobre su vida. Esta carencia ha propiciado que se aporten informaciones contradictorias y que se pedalee en exceso sobre cuestiones que proceden más de la fantasía de los investigadores que de la propia realidad. Con el paso de los años y de los siglos, Cervantes se ha convertido en un mito. Y como sucede con los mitos, su contacto con la realidad resulta esquivo. Se ha construido un mito que, a menudo, se ha alejado del personaje real.
            Este es el punto de partida de esta biografía, de la que ahora se publica la primera parte (la segunda saldrá en otoño). Abarca desde el nacimiento de Cervantes en 1547 hasta 1580. Para la segunda parte queda su estancia en Madrid y su absorbente dedicación a la escritura. Murió en 1616, sin que su muerte despertara la admiración que tuvo, por ejemplo, la de su enemigo Lope de Vega. Fue enterrado sin apenas brillo ni boato en un convento cercano, en el de las Trinitarias.
            Esta biografía se ha hecho partiendo de los hechos comprobados y huyendo en todo momento de la tentación de ir en búsqueda de las paradojas de un mito. El autor aporta muchos datos, explica muchísimas cosas interesantes, habla de cómo era la vida en el siglo XVI, de la ciudad de Alcalá, de sus años de estudiante, de los primeros pasos de Cervantes como escritor cuando da a conocer sus primeros poemas... Pero Cervantes no acaba de brillar y vemos cómo se busca la vida. Se alista como soldado y se traslada a Italia, ambiente bien recreado en este libro. Y luego su participación en la batalla de Lepanto. Y la narración de los cinco años que pasó como cautivo en Argel. El libro finaliza a su regreso, cuando Cervantes sigue dándole vueltas a su futuro. Él mismo es un personaje en construcción, que no las tiene todas consigo.
            Aquí se interrumpe el relato de su biografía. Pero el autor añade un interesante epílogo sobre la reciente búsqueda de los restos de Cervantes en el convento de las Trinitarias. El autor conoce muy bien los detalles de lo sucedido, y, con ironía, se aprecia la crítica que hace a los políticos, interesados en encontrar como fuese el mito más que a la persona concreta que fue Cervantes. El mito está por encima de todo. Pero el Cervantes de carne y hueso se ha acabado imponiendo. Y, al final, se han encontrado un montón de huesos de diferentes personas que fueron a parar a un lugar secundario, no a la cripta del convento, tras unas reformas. Un montón de huesos de los que no se puede saber cuáles son los de Cervantes. Un final, pues, muy cervantino.   


La juventud de Cervantes. Una vida en construcción
José Manuel Lucía Megías
Edaf. Madrid (2016)
304 págs. 24 €.

jueves, 25 de febrero de 2016

“84, Charing Cross Road”, de Helene Hanff


He releído recientemente, en una nueva colección de la editorial Anagrama, uno de esos libros de culto que, se han convertido con el paso del tiempo en long sellers, a pesar de que cuando se publicó en 1970 pasó inadvertido.
Contiene una historia real, basada en un episodio de la vida de la norteamericana Helene Hanff (1916-1997), una desconocida autora de guiones televisivos y colaboradora en revistas.
Poco tiempo después de finalizar la II Guerra Mundial, Hanff escribió a una librería de Londres, Marks & Co, con el fin de obtener libros clásicos de segunda mano a precio asequible e inencontrables en Estados Unidos. 84, Charing Cross Road está compuesto por las cartas de Helene Hanff y las respuestas de Frank Doel, uno de los dependientes de esa librería londinense, aunque también hay cartas escritas por otros dependientes y por familiares de ellos.
Poco a poco, la correspondencia adopta un tono amistoso y personal. Consciente de la penuria de alimentos que sufren los ingleses en la posguerra, Hanff intenta paliar esas necesidades con el envío de inesperados y suculentos detalles, que son muy bien recibidos por los dependientes de la librería y sus familiares. Las cartas, que comienzan en 1949 y se extienden hasta 1969, revelan el generoso, desinteresado y también fuerte carácter de Helene, una persona que se hace querer. Frank Doel falleció en 1968; la autora, ya publicado el libro, consiguió visitar la librería, ya vacía, poco tiempo después de cerrar, en 1971.

En estas cartas, entre otros muchos rasgos, revela sobre todo su desmedida pasión por los libros bien editados: "Los libros llegaron bien, y el de Stevenson es tan bello que hasta abochorna un poco en mis estanterías hechas con cajas de naranjas. Casi temo tocar esas páginas de tacto tan suave que semejan de pergamino y de un fuerte color crema". Pero su interés por los libros no es el de un aséptico coleccionista: detrás hay una apasionada defensa de la lectura; como escribe en una de sus cartas, "va contra mis principios comprar un libro que no he leído previamente: es como comprar un vestido sin probártelo".
Este emotivo y original epistolario tiene también su versión teatral y cinematográfica. Con él, la autora consiguió el éxito que no obtuvo con ninguno de los otros libros que escribió. Este es un encendido homenaje a la amistad desinteresada, a la cultura libresca y al placer, incluso sensible, que proporciona la lectura y posesión de un buen libro. 


84, Charing Cross Road
Helene Hanff
Anagrama. Barcelona (2016)
126 págs. 10 €.
T.o.: 84, Charing Cross Road.
Traducción: Javier Calzada.

sábado, 6 de febrero de 2016

“Una espléndida sinceridad”, de Luis Daniel González




Nuevo libro de Luis Daniel González, que lleva como subtitulo “Comentarios a las obras de Robert Louis Stevenson (apoyadas en opiniones de Chesterton)”. Se suma a los que ya ha escrito sobre el propio Chesterton (Gramática de la gratitud), Dickens (La eficacia del optimismo), Dostoievski (La discreción del bien), William Golding (La esperanza del rescate), Cormac McCarthy (El secreto de la belleza), más otros libros dedicados a la literatura infantil y juvenil, especialidad en la que el autor es un destacado crítico y experto, como se puede comprobar visitando su página web www.bienvenidosalafiesta.com. Todo estos libros han sido publicados en formato digital.
            Estamos ante un estudio muy divulgativo que se propone acercar a los lectores la figura y la obra de Stevenson, proporcionando los contenidos esenciales para entender mejor el conjunto de su obra. “El tono que busco –escribe el autor- es el de un lector que habla con otros lectores”.


La intención del autor con este estudio es “promover un poco más la mejor literatura y avivar la conversación sobre libros y autores valiosos”. Ante la avalancha de novelas juveniles de usar y tirar (lo comercial también se ha apoderado en parte de este género), el autor reivindica los libros de Stevenson como obras siempre actuales también para los lectores actuales. La elección de Robert Louis Stevenson (1850-1891) conecta, además, con los intereses del autor por la literatura infantil y juvenil. Aunque Stevenson escribió de todo, sus principales obras se han convertido en clásicos de la literatura juvenil, especialmente La isla del tesoro (1883), considerada por muchos críticos como la cima de la literatura juvenil.
Stevenson nació en 1850. Fue un niño enfermizo, cuidado por su institutriz, que tuvo una relación distante con su padre. En 1873 comenzó a escribir colaboraciones periodísticas. Por motivos de salud, tuvo que realizar frecuentes viajes, que le inspirarían para escribir sus primeros libros. Vivió en Escocia, en diferentes capitales europeas y en Estados Unidos. La publicación de La isla del tesoro y su entusiasta recepción le permitió la independencia económica que necesitaba para dedicarse solamente a escribir. En 1891 se trasladó a vivir a la isla de Samoa, donde falleció de manera inesperada en 1894.
            Los críticos y biógrafos más importantes de Stevenson, entre los que se encuentra Chesterton –quien dedicó uno de sus ensayos a su figura, ensayo muy citado en este libro-, destacan la relación que existe entre el carácter del autor y su literatura. Destacan su jovialidad, espíritu efervescente, buen humor y una llamativa capacidad de trabajo. Para Chesterton, la clave de su literatura hay que buscarla en el valor que Stevenson dio a su infancia y a la capacidad de recrearla a través de los libros, con múltiples novelas de aventuras que encerraban esos valores.
Ahí radica el éxito de sus novelas más celebradas: La isla del tesoro, Secuestrado (para algunos críticos, la mejor novela de aventuras jamás escrita), Catriona y, en otro nivel, La flecha negra. No fueron estas, sin embargo, las novelas preferidas por Stevenson, que siempre tuvo en alta estima, por la pasión y el esfuerzo que puso en ellas, otras novelas como Príncipe Otto, El Master de Ballantrae y El Weir de Hermiston, novela que dejó sin terminar.
            El autor repasa los principales hitos de su biografía y reseña por orden cronológico todos los libros de Stevenson, dedicando más atención a los más celebrados. También incluye interesantes reseñas sobre los ensayos literarios de Stevenson, sus libros de viajes y otros libros biográficos. Estamos, pues, ante una excelente introducción a Stevenson que es, sobre todo, una incitación a leer a uno de los grandes autores de novelas de aventuras de todos los tiempos.


Una espléndida sinceridad
Luis Daniel González
Amazon Kindle (2015). 3,22 €.