jueves, 22 de septiembre de 2016

“Abecedario de pólvora”, de Yordán Radíchkov


Yordán Radíchov (1929-2004) fue el escritor búlgaro más destacado de la segunda mitad del siglo XX. Dramaturgo, periodista y novelista, fue también un importante autor de literatura infantil: con su obra Pequeñas historias de ranas obtuvo el prestigioso Premio Hans Christian Andersen. Abecedario de pólvora es su primera obra que se traduce al castellano. Ligado al Partido Comunista durante su juventud, poco a poco se fue desmarcando de sus férreos valores estéticos cuando se dedicó intensamente a la literatura. De hecho sus libros, como Abecedario de pólvora, no encajan en la estética socialista.
            Radíchkov nació en el pueblo de Kalimánitsa, en la comarca de Berkóvitsa, al norte de los montes de los Balcanes y no lejos de las llanuras que se extienden alrededor del Danubio. Siempre estuvo muy vinculado a su tierra natal, donde se ambientan la mayoría de los relatos que componen este libro. No se trata de relatos independientes sino que todos juntos, de manera coral, muestran la vida en esta aldea con historias que se vuelven a contar según las diferentes perspectivas de los protagonistas, que participan de un mismo mundo rural en el que tienen gran peso el costumbrismo, los relatos orales y el folklore tradicional. Radíchkov describe este mundo con un gran humanismo, elevando así el localismo más terruñero a la categoría de símbolo universal. Y es que en las peripecias de los labriegos y artesanos de este libro reconocemos las de tantos otros que forman parte de la cultura europea y española.
            La mayoría de los relatos contienen referencias a la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Se habla, de pasada, de la invasión alemana y de la actividad de los partisanos, que provoca algunos problemas en la aldeas y la implacable intervención del poder. Estos temas, realistas y costumbristas, los podía haber utilizado el autor, siguiendo las pautas del realismo socialista, para realzar idílicamente la actitud épica y heroica de sus habitantes. Sin embargo, este autor búlgaro opta por la naturalidad y la sencillez, que se traslada también al estilo. Como novedad, y como recurso para distorsionar levemente el costumbrismo tradicional, Radíchkov introduce algunos pasajes fantásticos perfectamente integrados en la veta realista de sus relatos. Muchos reconocen en ellos la influencia del realismo mágico de García Márquez, aunque pienso que no hay que exagerar.
            Radíchkov sabe describir las grandezas y la miseria de la vida campesina, repleta de intensas relaciones humanas. Hay muchos toques nostálgicos, sobre todo cuando los protagonistas son niños o animales. No presenta una imagen placentera, sino que, sin retórica, habla de la palpable realidad: las dificultades del trabajo en el campo y con los animales, la pobreza, las consecuencias del mal tiempo…, a los que hay que sumar los problemas que provoca la proximidad de la guerra y la actuación de los partisanos. Lo mejor son los personajes, que pasan de uno a otro relato, todos ellos llenos de verosimilitud y de humanidad, como el tío Floro, Lázaro, Dos cigüeñas, Moloiko, el pedrero Leko Aléksov, el panadero Ángel Kólov, los gitanos, los gendarmes… Todos ellos dan forma a una épica de lo cotidiano perfectamente ensamblada en el paisaje búlgaro, que el autor describe con mucha expresividad.
            Radíchkov trabajó como periodista en su juventud recorriendo diferentes localidades búlgaras. Él mismo ha dicho que esa experiencia periodística le sirvió para conocer de manera directa la realidad. Sus relatos se inspiran en esa máxima, la realidad, alejada de idealismos ideológicos, a la que hay que sumar la nostalgia de su pasado rural, sus amor por las gentes sencillas y prosaicas, y su respeto a las costumbres y tradiciones de su país. Sus libros más importantes son Humor Feroz (1965), Acuario (1967), Barba de chivo (1967) y Abecedario de pólvora (1969). Ha sido traducido a más de treinta idiomas.


Abecedario de pólvora
Yordán Radíchkov
Automática. Madrid (2015)
248 págs. 18 €.
T.o.: Baruten Bukvar.
Traducción: Viktoria Leftérova y Enrique Gil-Delgado.

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