jueves, 20 de octubre de 2016

“El periodista deportivo”, de Richard Ford



Dentro de su colección “Edición limitada” reedita Anagrama El periodista deportivo, novela que Richard Ford, Premio Príncipe Asturias de las Letras 2016, publicó en 1986 y que supuso el primer espaldarazo serio a su carrera como escritor, pues con ella fue finalista del premio Faulkner. Ford inició un cambio en su estética y a partir de ese momento empieza a escribir un tipo de novela más realista y menos desesperanzada, alejándose un poco de los parámetros literarios del realismo sucio.
En esta novela, inspirándose en los años que trabajó como periodista deportivo, aparece su gran creación literaria, el personaje de Frank Bascombe, que se convirtió en el protagonista también de las novelas El Día de la Independencia y Acción de Gracias y de los relatos que forman parte de Francamente, Frank.
Su protagonista es un escritor fracasado (Frank publicó un libro de cuentos que le dio cierto renombre) y ahora ejerce de periodista deportivo, lo que da pie a interesantes reflexiones sobre el deporte, la vida y la sociología. Pero Frank -“alguien que intenta hacerse otro hombre mejor, un hombre más feliz”, en palabras del autor- tiene que superar, y a lo mejor no lo consigue, la crisis de su matrimonio tras la muerte de un hijo pequeño.
Tanto este libro como el resto de sus novelas importantes pueden encuadrarse dentro de lo que se llama “Gran Novela Americana”: el intento de presentar una veraz radiografía sociológica e íntima de la sociedad de Estados Unidos. Ford consigue mostrar con mucha verosimilitud los sueños de su desencantado protagonista, sus frustraciones vitales y familiares y, sobre todo, su mundo psicológico. Estas novelas, en las que el protagonista se acerca a la madurez y a la jubilación, se han convertido en certeros análisis de las luces y las sombras de la sociedad norteamericana en diferentes décadas.


El periodista deportivo
Richard Ford
Anagrama. Barcelona (2016)
400 págs. 14,90 €.
T.o.: The Sportswriter.
Traducción: Isabel Núñez y José Aguirre.

miércoles, 12 de octubre de 2016

“Seis años que cambiaron el mundo”, de Hélène Carrère d’Encausse



Descendiente de una familia de exiliados georgianos, la historiadora Hélène Carrère, secretaria perpetua de la Académie francesa, se ha especializado en la historia del imperio soviético y de Asia Central. Su nuevo libro evoca en su título el que publicó en 1919 el norteamericano John Reed sobre la revolución soviética, Diez días que estremecieron el mundo. Carrère dedica el suyo a los seis años, de 1985 a 1991, que contemplaron “la caída del imperio soviético”.
            Aunque nada hacía presagiar ese derrumbe, los síntomas eran preocupantes en la URSS a inicios de la década de los ochenta. En primer lugar, las sucesivas muertes de Breznev, Andrópov y Chernemko evidenciaron que el régimen estaba en manos de una gerontocracia inamovible. ¿Cómo conciliar –se pregunta la autora- la idea de superpotencia y esa sucesión penosa de personajes en las últimas, momificados, y de entierros repetidos?”. Por otra parte, no solo los políticos no daban una buena imagen, también la sociedad estaba inmersa en una galopante degradación física y moral que se manifestaba, por ejemplo, en los numerosos problemas que ocasionaba el alcoholismo. Además, la guerra con Afganistán supuso un desgaste desmesurado con inquietantes repercusiones entre la población.
            La URSS necesitaba urgentemente un cambio de rumbo. Y el 11 de marzo de 1981 eligieron a la persona indicada para realizarlo, Mijaíl Gorbachov, nuevo Secretario General del Partido Comunista. Gorbachov comenzó con una limpieza en el seno del Partido y aplicó después, no sin dificultades, su política de glasnot, de transparencia absoluta. La prueba de fuego de esta nueva actitud fue el accidente nuclear de Chernóbil, el 26 de abril de 1986. Tras unas semanas en las que se aplicó una férrea censura (la URSS actuó como siempre, o sea, ocultando la realidad), se decidió dar a conocer a la opinión pública el dramático alcance de los hechos. Pero esa transparencia dejó en evidencia “la incompetencia del poder soviético” para afrontar este y otros muchos problemas.
            Gorbachov puso en marcha la perestroika, la reconstrucción de la política soviética. Se notaron nuevos aires en el mundo de la cultura (se mitigó de manera ostensible la censura), hubo cambios económicos (más peso de la iniciativa privada), medidas que alimentaron los deseos de libertad de una población bastante harta de los métodos oscuros del Partido Comunista. Gracias a Gorbachov, también cambió de manera radical la imagen de la URSS en el extranjero. Sin embargo, la aplicación de su nueva política provocó una cascada de medidas que acabaron volviéndose en contra de lo que él buscaba.


            A partir de ese momento asistimos al enfrentamiento, potente, muy visible en este libro, entre los dos líderes que pilotaron esta etapa de la política soviética: Gorbachov y Boris Yeltsin, el nuevo líder de Rusia. La política interna se convirtió en un polvorín, que Carrère describe centrándose especialmente en las trayectorias políticas de los dos líderes. A la vez, cuenta del proceso de descomposición del propio régimen y los deseos de autonomía de los países que formaban parte del bloque comunista. Así hasta llegar a 1989, cuando se produce el desmoronamiento total.
            Lo que a partir de aquí cuenta Carrère son, desde otra mirada, los mismos hechos que relató el historiador Serhi Plokhy en su libro El último imperio (Turner), también sobre la desintegración de la URSS. Los procesos de independencia van a más entre las repúblicas soviéticas y, tras el fallido golpe de Estado de agosto de 1991, “entre las iniciativas de Yeltsin y las capitulaciones de Gorbachov, la URSS acabó de verse despejada de su autoridad y sus bienes en beneficio únicamente de Rusia”. De ahí se pasó a la desaparición de la URSS, cuando los presidentes de Bielorrusia, Ucrania y Rusia, en el bosque de Behvezha, le pusieron la puntilla. A los pocos meses, el presidente Gorbachov fue defenestrado y se inicia un proceso, que la autora describe en el epílogo, de glorioso ascenso de Yeltsin, no sin complicaciones en el seno de la propia Rusia.
            La autora destaca el papel protagonista que tuvieron Gorbachov y Yeltsin, grandes figuras de la política contemporánea cuyo valor se ha subestimado. Para Carrère, los dos contribuyeron a “la desaparición pacífica e incruenta de un sistema estatal todopoderoso que se creía eterno, y de un inmenso imperio fuertemente armado”.


Seis años que cambiaron el mundo
Hélène Carrère d’Encausse
Ariel. Barcelona (2016)
382 págs. 23,90 €.
T.o.: Six années qui ont changé le monde.
Traducción: Ana Herrera Ferrer.

domingo, 9 de octubre de 2016

“Léxico familiar”, de Natalia Ginzburg


En el primer centenario del nacimiento de Natalia Ginzburg (1916-1991), una de las voces más personales de la narrativa italiana de este siglo, se reedita Léxico familiar, sin duda, la novela más representativa de la escritora. Otras novelas suyas siguen teniendo una excelente acogida, como Las palabras de la noche, Querido Miguel, los relatos de Familias y especialmente Todos nuestros ayeres, con la que Léxico familiar guarda muchos puntos en común.
Publicada en 1963, la trama de esta novela autobiográfica es bastante sencilla. Al hilo de esas inequívocas expresiones que forman el diccionario íntimo de cada familia, Natalia Ginzburg recompone con paciencia y mediante breves recuerdos repletos de afectividad la historia de los suyos. Como escribe la autora: "Esas frases son nuestro latín, el vocabulario de nuestros días pasados, son como jeroglíficos de los egipcios o de los asirio-babilonios: el testimonio de un núcleo vital que ya no existe, pero que sobrevive en sus textos, salvados de la furia de las aguas, de la corrosión del tiempo. Esas frases son la base de nuestra unidad familiar, que subsistirá hasta que permanezcan en el mundo, recreándose y resucitando en los puntos más diversos de la tierra".
No hay una intención de novelar cronológicamente y de manera ordenada los hechos, sino la exposición de algunas anécdotas domésticas, de gran calado cotidiano y poético.
Como telón de fondo, Léxico familiar refleja el convulso clima político que se vivía durante la infancia de la autora en Italia, donde la ambientación bélica y fascista empezaba a ser cada vez más opresiva. Sin embargo, lo más interesante de este libro es la sorprendente capacidad de Natalia Ginzburg para dar forma a las pequeñas evocaciones. No intenta reconstruir todo el pasado, sino actualizar la memoria con el peso de los recuerdos más emotivos.


Léxico familiar
Natalia Ginzburg
Lumen. Barcelona (2016)
272 págs. 19,90 € (papel) / 11,99 € (digital).
T.o.: Lessico Famigliare
Traducción: Mercedes Corral.