martes, 2 de mayo de 2017

“Un espía en la trinchera”, de Enrique Bocanegra


Ganadora del XXIX Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias que concede la editorial Tusquets, esta obra, sobre la vida del famoso espía inglés Kim Philby (1912-1988), se centra especialmente en su participación en la Guerra Civil española, en la que trabajó para los servicios secretos soviéticos bajo la apariencia de un periodista conservador.
            La vida de Kim Philby ha sido muy estudiada, especialmente a partir de 1940, cuando empezó a colaborar también con los servicios secretos británicos, el M16, después de su estancia en la Guerra Civil española. En 1951, cuando descubrieron que dos espías ingleses del M16, Donald Maclean y Guy Burguess, eran también espías soviéticos, muchas sospechas recayeron también sobre Philby, aunque consiguió defenderse de las acusaciones, demostrar su “inocencia” y desviar la atención. Sin embargo, en 1963 fue por fin descubierto, lo que provocó una deserción de película a la Unión Soviética, donde vivió hasta su muerte como una reliquia del espionaje y escribió sus memorias Mi guerra silenciosa (1968). Su agitada y original vida ha sido fuente de numerosas novelas y películas sobre espías.
            Enrique Bocanegra, licenciado en Ciencias de la Información y Máster en Comunicación de la Defensa por el Centro de Estudios de la Defensa Nacional (CESDEN), pone la lupa en los años que Philby pasó en España, aunque también proporciona la necesaria información para conocer toda la trayectoria profesional de Philby, reclutado por los servicios de espionaje soviéticos después de sus años universitarios en Cambridge, en los que conoció el marxismo y participó en movimientos comunistas. Tras una estancia en Viena en los años 30, acepta ser espía sabiendo que a partir de ese momento su vida sufrirá una radical trasnformación.
            De hecho, debe alejarse de los círculos comunistas que frecuentaba, de sus amistades revolucionarias y hasta de sus ideas políticas. Se opera en Philby un simulado giro ideológico hacia la deercha que le permite entrar en contacto con empresarios y autoridades alemanas, para las que colabora en un proyecto periodístico de difusión del nazismo en Inglaterra. En el último momento, el proyecto fracasa, pero Philby ha conseguido que todo el mundo sepa que no tiene nada que ver con el comunismo.
            El libro de Bocangra tiene el acierto de reconstruir muy bien la vida y las relaciones personales de Philby con otros miembros del espionaje inglés e internacional vinculados al comunismo, como Alexander Orlov, maestro de Philby y uno de los más destacados espías soviéticos en Occidente, que desempeñó importantes misiones en España (como se relatan en el libro El caso Orlov, de Boris Volodarsky. Crítica. 2013). Como se cuenta en el libro de Bocanegra, Orlov sufrió sin embargo las consecuencias de las purgas estalinistas que se desataron a partir de 1934, que acabaron con la carrera de importantes espías que fueron fusilados a su regreso a la URSS. Temiéndose un destino parecido, como así estaba previsto, Orlov decidió desertar. Otros espías también lo intentaron, pero fueron asesinados por los servicios secretos soviéticos.


            Resulta muy interesante la reconstrucción que hace el autor del trabajo de los espías en esos años tan intensos desde el punto de vista político. En España, los servicios secretos soviéticos desempeñaron importantes misiones militares, aunque se ha criticado que muchas de las acciones llevadas a cabo durante la Guerra Civil por soviéticos estuviesen dirigidas a acabar con los enemigos trostkistas que con el ejército de Franco, como se describe, por ejemplo, en el ensayo-reportaje de Ignacio Martínez de Pisón, Enterrar a los muertos  (Seix Barral. 2005), una investigación sobre la muerte de José Robles, un republicano que fue víctima de las luchas internas entre los consejeros soviéticos y los espías que participaron en la guerra civil.


            Philby viajó a España en 1937 para trabajar como corresponsal de prensa en el bando nacional con el fin de conseguir información sobre los movimientos y planes del ejército franquista. Primero estuvo como periodista free lance y después trabajó para The Times. Cuando se encontraba cubriendo un avance de las tropas del bando nacional en Caudé, una aldea del bajo Aragón, durante la batalla de Teruel, un obús estuvo a punto de acabar con su vida. La salvó de milagro, pero en el incidente fallecieron tres periodistas extranjeros, compañeros suyos. Pudo entrevistar a Franco y fue condecorado por él. Se cuenta que Philby recibió incluso la orden de los servicios secretos de asesinarle. Su trabajo como corresponsal en España le abrió la puerta para ingresar después en el M16 británico.
            Libro muy bien ambientado que, gracias a una exhaustiva investigación, proporciona numerosos detalles sobre la vida de Philby, su entorno, la relación que tuvo con otros compañeros y sus superiores. También permite conocer aspectos inéditos de la Guerra Civil, especialmente sobre los corresponsales de prensa extranjeros que cubrieron la contienda desde el bando nacional, y sobre la poderosa influencia del comunismo en Europa. Además, esa biografía introduce a los lectores en el mundo del espionaje internacional, muy activo en esos cruciales años.


Un espía en la trinchera
Enrique Bocanegra
Tusquets. Barcelona (2017)
363 págs.
21,90 € (papel) / 12,99 € (digital).

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