sábado, 11 de noviembre de 2017

“La mirada de los peces”, de Sergio del Molino



          Sergio del Molino (Madrid, 1979), escritor y periodista, ha publicado hasta ahora varias novelas, de las que destacamos La hora violeta (2013) y el ensayo autobiográfico La España vacía (2016), que consiguió convertirse en uno de los libros más vendidos de 2016 y 2017. Ahora, tomando otra vez como punto de partida su propia vida, escribe una novela sobre uno de los profesores que tuvo en sus años de estudiante de BUP en un instituto público de Zaragoza durante la década de los noventa.
            El profesor es un personaje polémico, Antonio Aramayona, que se suicidó en 2016. Era escritor, profesor de filosofía y activista político en defensa de la enseñanza pública, del laicismo y de la muerte digna y durante la crisis se aproximó al partido político de Podemos. Le habían amputado una pierna, se movía en silla de ruedas y tenía una discapacidad del 65%. Pero nada de esto influyó en su suicidio: planificado, publicitado y hasta casi televisado. Incluso Jon Sistiaga le convirtió en protagonista de uno de sus capítulos, el último (“Y al final: la muerte”) de su serie documental Tabú. En ese documental que se rodó antes de su muerte, aparecen algunos de sus antiguos alumnos en el instituto, entre ellos el autor, Sergio del Molino.
            La novela utiliza como hilo conductor la relación de discípulo, más o menos, y maestro entre el profesor y el alumno. Ya en esos años, Sergio del Molino era un alumno con inquietudes literarias y culturales y conectó con los métodos pedagógicos originales, revolucionarios y “terroristas” (como los define el autor). Al acabar sus estudios, siguió manteniendo relación con él, durante años de manera distante pero después compartieron muchos momentos juntos, siempre bajo el paraguas del discípulo y su maestro.
            Pero la novela recorre a la vez numerosos caminos, pues Sergio del Molino aprovecha esta relación y la decisión final de Aramayona, que no consigue entender pero que califica como un síntoma de coherencia, para recrear la atmósfera vital en la que transcurrió su vida a mediados de los noventa en el barrio de San José en Zaragoza.
            Aunque él había crecido en “una casa comunista, de un comunismo ambiental y sin carnet que glorificaba la educación y las buenas notas”, la mayoría de sus compañeros de estudios solo pensaban en la bebida, en la música y en el sexo. Sus gustos eran radicales: eran los años de barricada y grupos heavy, años de fumar canutos y borracheras. Del Molino habla de sus novias, de sus estudios, de la relación con sus padres (estaban separados), de la política de esos años de efervescencia social. “Cuando hablo de izquierda en este cuaderno –escribe- y refiriéndome a ese barrio y esos años, hablo de esa izquierda extraparlamentaria, minoritaria, caótica, fragmentada, discutida, biliosa, impenitente, gutural y totalizadora que parecía hecha de mil siglas cambiantes pero que siempre estaba formada por los mismos tipos mal vestidos”. Años de rebeldías familiares y sociales, sin apenas horizontes, aunque algunos de ellos encontraron en los estudios su futuro.
Este componente sociológico y costumbrista es uno de los mejores ingredientes de esta novela fragmentada, que avanza a tirones, que se queda a mitad de camino entre el memorialismo y la novela de aprendizaje. Hay, como hemos comentado, aciertos a la hora de hacer un retrato generacional concreto y específico, a veces cutre; sin embargo, la anécdota central del libro, el suicidio de su profesor de filosofía, no acaba de encontrar ni su sitio ni su protagonismo, pues en todo momento el autor, con acierto, huye de convertir la novela en una melosa hagiografía de “un perroflauta motorizado”, como se definía a sí mismo Aramayona al final de sus días.


La mirada de los peces
Sergio del Molino
Literatura Random House. Barcelona (2017)
214 págs. 17,90 €.     

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